Sin lugar a dudas todos los temas relacionados con etiqueta, protocolo, presentación personal, imagen personal, están fuertemente unidos a las relaciones humanas, no solo en el ámbito laboral, sino también en nuestra vida social y familiar.
Hay una diferencia entre la Imagen Personal y la Presentación Personal; la primera está condicionada por cómo me veo, que imagen tengo de mi mismo, que concepto tengo sobre mí, que mensaje quiero enviar al mundo, y la segunda, tiene que ver con, cómo debo vestirme según la ocasión, según mi estatura, forma de cuerpo, color de piel, rol que desempeño en mi entorno, en cómo debo comportarme, etc.
Hay un concepto que está relacionado con este tema y es el de “Marca Personal” o el Personal Branding que así como lo dicen los textos, consiste en considerarnos a nosotros mismos como una marca. Al igual que un producto o servicio sale al mercado con una serie de fortalezas y debilidades, cada uno, igualmente debe conocer sus puntos más fuertes, resaltarlos, mostrarlos y por otro lado, trabajar en las debilidades. Por ejemplo, si sé que soy una persona con unas relaciones interpersonales envidiables que me permiten cumplir mis cuotas de venta, pero mi forma de vestir, muchas veces no es la apropiada y suelo ser tema de conversación y hasta burlas en las reuniones, sería bueno, asesorarse de cómo es la forma indicada de vestir para cada ocasión, como una junta de trabajo, la visita a un cliente, un almuerzo de trabajo o la fiesta de fin de año en la empresa.
En muchas oportunidades me preguntan el porqué en temas tan importantes como las relaciones afectivas, el hecho de encontrar un novio/a es tan difícil, mi respuesta siempre será la misma: “¿Estas enviando el mensaje correcto?” Y si, definitivamente, así como los productos deben promocionarse, publicitarse y cuidarse de la competencia, nosotros también debemos aprender cómo hacerlo.
En las empresas el tema de los atuendos laborales es más complicado de lo que parece. Después que una institución ha invertido tiempo y talento en crear sus políticas, valores, filosofía, misión y visión, cada uno de los empleados, debe transmitir desde su presentación personal, todo lo que la empresa quiere expresar. Es por esto que en muchas instituciones es obligatorio el uso del uniforme, sin embargo, encontramos que en muchas compañías no se llevan estos, de acuerdo a la reglamentación.
Si bien, el uso del uniforme es una forma de atenuar la buena o mala imagen de alguien, las normas de cortesía y todo el protocolo que se deba tener frente a una situación específica, complementan la presentación de la empresa a través de su empleado.
Para concluir, así como el conocido refrán: “Una imagen vale más que mil palabras” no hay que olvidarnos que en cualquier situación de nuestra vida, debemos presentarnos de la manera más acorde posible, esto no solamente enviara el mensaje de que me conozco, me quiero, me preocupo por mí, sino también, que respeto a las personas con las que me relaciono, que pueden confiar en mí y que considero a los demás.