Me pregunto, ¿dónde está escrito que nosotros como sociedad somos tan vulnerables que cualquier extranjero viene a abusar de nosotros?
Nuestro país goza de un sistema legal bastante sólido con instituciones judiciales capaces y poco corruptibles que están prestas a hacer cumplir la ley. Tenemos un aparato de inteligencia líder en el mundo por su exhaustivo conocimiento y tecnología para detectar las falsificaciones en documentos y monedas, entre otras cosas.
Además, tenemos un ejército que ha tenido presencia en todas las guerras mundiales como guardianes de paz y ha tenido un rol decisivo en momentos históricos; tal como la participación en el llamado ‘Día D en Normandía’ o en la guerra civil de Ruanda, sólo por mencionar algunos. ¿De dónde saca nuestro actual gobierno que el país necesita defenderse de los inmigrantes? Y no cualquier defensa… han creado leyes que implican encarcelamientos a menores de edad y encarcelamientos sin revisión dentro de las 48 horas seguidas a la detención, violando los principios de Derecho Internacional.
¿Será que nuestro país es tan indefenso y débil frente a los terribles inmigrantes? Hay que recordar que estos inmigrantes son quienes han fortalecido la economía de nuestro país. Fueron los chinos quienes vinieron a trabajar décadas atrás y construyeron las vías ferroviarias, y qué me dicen de aquellos que vinieron a trabajar en las minas. Mención especial merecen los irlandeses en los años 1800, sin olvidarnos de los franceses y británicos que también han trabajado arduamente para construir este país.
Hoy en día todos esos inmigrantes que un día llegaron hacen parte de nuestra historia, economía y cultura. No entiendo el afán de nuestro gobierno en atacar la pro-actividad hacia la inmigración a Canadá, cuando ésta trae progreso y población. La respuesta está en el sentido común; entender que la inmigración en Canadá es provechosa para la economía y la subsistencia propia de este país. Hagamos el análisis, Canadá país primermundista con ansias de mantener buenos estándares en calidad de vida para sus ciudadanos (bajo del 3 al 14 en el mundo) en un territorio designado como el segundo más grande del mundo con sólo 33 millones de habitantes y un bajo índice de natalidad.
¿Qué requiere para garantizar un futuro? Obvio: gente que trabaje la tierra, consuma y estimule la economía.
¿Por qué el ministro Kenney insiste en seguir castigando al cuchillo y no al que entierra el arma y causa el daño? No es que los inmigrantes nos hagan daño; la debilidad más bien está en la administración de los beneficios sociales. Frente a la crítica publica el gobierno no resistió y comenzó a intentar arreglar lo dañado, culpando a los inmigrantes, ¡por Dios!
Un claro ejemplo es el reciente escándalo desatado en uno de los bancos más grandes del país que generó un cambio inmediato en el sistema de contratación a trabajadores extranjeros. Este escándalo generado por canadienses “desbancados” por extranjeros hizo que las medidas para aliviar con la escasez de mano de obra y trabajadores calificados fueran suspendidas inmediatamente. Además impusieron más requisitos al empleador canadiense quien sufre por tener gente responsable que cumpla con la descripción del trabajo con compromiso y liderato y no estén mirando el reloj para salir al punto de las 5:00 y tomar smoke breaks. ¡Por Dios! El ministerio se pronunció y dijo que quería proteger a los canadienses, ¿proteger de qué? Si no se llenan las vacantes es porque no hay mano de obra calificada o mejor diría yo DISPUESTA a trabajar comprometidamente. Por favor, Señor Ministro, necesitamos un alto y una reflexión acorde a la realidad nacional.
Las confirmaciones laborales aceleradas y la flexibilidad salarial asimismo fueron suspendidas inmediatamente incluyendo otras cargas para el empleador canadiense que corrobore su esfuerzo en contratar nacionales. La próxima les cuento cómo quedó el proceso y qué esperaremos para traer a los tan necesitados trabajadores con ganas de trabajar y ganar su sustento quienes no esperan nada de los beneficios sociales que en muchas situaciones no estimulan a la sociedad hacia la pro-actividad laboral.
Les doy las gracias por dejarme compartir mi opinión con ustedes y mostrarles en perspectiva de hacia dónde van las políticas de inmigración, ¿será que acorde con nuestra necesidad y compromisos internacionales? Ustedes deciden.
Soy Angélica González-Blanco y Desde mi Escritorio me despido. ¡Hasta la próxima edición! Recuerden visitar nuestra página web: www.angelicagonzalezblanco.com facebook y nuestro canal de youtube Desde mi Escritorio.