Su amor por la música, la alegría que se apodera de cada átomo de su cuerpo cuando sube a un escenario y su innegable talento han sacado a Montaño del anonimato en su país, en donde es catalogado por la prensa local como un niño prodigio. Recientemente fue la novedad en La Noche de Jazz del Festival Internacional de Cultura, donde hizo un trío con su padre, el guitarrista, Roberto José Montaño.
José André, quien tiene siete años, es un artista que despierta la sensibilización musical del más inapetente auditorio, porque escucharlo tocar, eriza la piel. Su extraordinario talento acaba con las barreras de la edad, pues con mucha naturalidad se integra a músicos de jazz que le triplican la edad y es tal la sinergia que logra en el grupo, que difícilmente pensamos que estamos frente a un pianista tan joven, no vidente.
Su padre, cuenta que desde muy pequeño José André escuchaba discos para recién nacidos como Pink Floyd for babies, Led Zeppelin for babies y otros. “Cuando almorzaba o tomaba su leche escuchaba música clásica, yo creo que esa ha sido la base musical que él tiene ahora, pues no recibió ninguna enseñanza. En la primera de etapa de su vida, solamente escuchaba discos y con su sonrisa manifestaba su agrado. Después asistimos a conciertos musicales de diferentes ritmos y veía su alegría, emoción y desesperación por subir al escenario, ese fue el motivo por el cual decidí comprar instrumentos musicales. Así, él podría reconocerlos a través del tacto, la forma, la textura y apreciar el sonido real que cada uno tenía”. Puntualiza Roberto Montaño.
Fue de esta manera, al tener los instrumentos en la casa, que José André empezó a desarrollar su talento y se inclinó por la batería e instrumentos de percusión latina. A los cuatro años, recibió su primer teclado y demoró dos meses en aprender su primera canción, su padre agrega: “No le agradaba que le enseñaran a tocar el teclado musical, se pasaba varias horas al día explorando el sonido de cada tecla y en esta etapa de exploración le gustaba estar solo. Así pasaron dos meses y logró descifrar su primera canción, la de los Simpson que era su serie favorita”.
A partir de ese momento, José André se dio cuenta que podía tocar lo que quisiera. Si se demoraba un tiempo en interpretar una canción, no aceptaba ayuda alguna, excepto para conocer el nombre de las siete notas musicales. A la edad de cinco años comenzó a demostrar una facilidad increíble para interpretar diferentes ritmos, luego empezó a compartir con músicos profesionales de varios géneros musicales, desde Folklore Latino hasta Jazz.
Roberto confiesa que él tiene un gusto especial por el Rock y los Blues y por eso adoptó canciones infantiles a esos ritmos para compartirlos con su hijo, de hecho le encanta la música, toca guitarra, bajo eléctrico desde los once años.
Su talento es una bendición de Dios
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Independientemente de cualquier vena musical, el talento de José André es innato, es una bendición de Dios, así lo reconoce su padre Roberto, quien tuvo que afrontar al lado de su esposa momentos de mucho sufrimiento, pues su hijo nació prematuro y con una discapacidad visual congénita.
“Para serle honesto la idea nunca fue desarrollar su gusto por la música. Yo busqué en la música un refugio para poder sobrellevar una situación, que en ese momento era muy difícil para mí. Tenía a mi esposa afectada emocionalmente y a mi hijo con secuelas de su nacimiento, entonces decidí tratar de llevar alegría a sus vidas a través de la música. A medida que esto sucedía, José André fue demostrando una alegría y su interés especial por los instrumentos musicales reales. Esto me motivó a empezar un trabajo planificado en función a las habilidades que él podía desarrollar. Más allá de fijarme en las limitaciones que él tenía, me enfoqué plenamente y con mucho cariño en las habilidades de mi hijo”. Explica Roberto
La conexión musical entre padre e hijo es evidente, de hecho Roberto asegura que va más allá del amor filial y desde los tres años y medios que hizo su primera presentación hasta la actualidad, siempre están juntos. “En el Festival Internacional de la Cultura que se realizó en Potosí, sentí una emoción especial, por un lado al ver a mi hijo tan pequeño compartiendo escenario con grandes artistas del género de Jazz en Bolivia y por otra parte, la calidez humana que se sintió en el concierto dentro del Teatro IV Centenario, donde al finalizar la presentación, los asistentes se pusieron de pie y aplaudieron por varios minutos. Sentí un reconocimiento especial hacia mi hijo, a su esfuerzo y a su ejemplo de superación. Intenté hablar y no pude, se me hizo un nudo en la garganta, tan solo alcancé a dar gracias por todo el cariño, expresado, no sólo en el teatro sino también en las calles”. Concluye emocionado Roberto.
No me considero un niño prodigio
José André Montaño es un joven muy moderno, su consagración musical no le impide estar siempre en contacto con admiradores que visitan asiduamente su página en facebook y siguen con entusiasmo sus videos, presentaciones y anuncios artísticos. Gracias a la tecnología, su padre se mantiene en contacto con muchas personas y sirve de enlace entre quienes desean comunicarse con José André, felicitarlo o pedirle entrevistas. Después de varias conversaciones previas con su padre, desde Bolivia el joven artista contestó con mucho agrado, cada una de mis preguntas.
¿De qué parte de Bolivia son ustedes?
Yo soy de Cochabamba Bolivia, nací el 20 de Marzo del 2005. Vivimos en Cochabamba, pero mi papá es de Riberalta Beni y mi mamá de Oruro.
¿Cuántos hermanos tienes?
No tengo hermanos de sangre pero gracias a Dios tengo muchos hermanos musicales. Muchos amigos músicos que son como mis hermanos.
¿A qué colegio asistes en el momento?
Asisto al Colegio Kepler. Estoy en primer curso. Estoy aprendiendo a leer y a escribir.
¿Cuándo te nació ese amor por la música?
Me empezó a gustar la música desde que tenía tres años. Escuchaba Pink Floyd, Miss Rossy, Los Simpson, Barney y canciones infantiles.
¿Cuántos instrumentos interpretas?
Bueno, toco batería, afuche, maracas, pandereta, yenbe, timbales, piano, teclado y me agrada tocar mucho blues con la armónica.
¿Cómo fueron esas primeras
presentaciones en público?
Mi primera presentación en casa fue en la navidad del 2009. Canté villancicos y canciones navideñas, como el Burrito Sabanero, Estrella de Belén, Campana sobre Campana, Jingle Bells y algunos más que no recuerdo. Mi primer concierto fue con una canción folklórica, una cueca boliviana que se llama “En las Puertas de un Jardín”. Yo cantaba y mi papá tocaba la guitarra, en el Festival de Talentos el 2010.
¿Cuáles son tus
pasatiempos preferidos?
Me gusta hablar por teléfono con mis amigos, jugar con mi computador con el programa jaws, también me gusta mucho visitar la página de Barney, escuchar cuentos y películas infantiles, jugar con juguetes y pelotas. Me gusta nadar y montar caballo.
¿Cuáles son tus ritmos preferidos?
Mis ritmos preferidos son cueca, Rock, Bossa Nova, Samba Argentina, Chacarera, Samba Brasilera y sobre todo me gusta mucho el Jazz.
¿Y tus artistas preferidos?
Mis artistas preferidos son Emily Bear, Los Gauchos de Acero, Track, Michael Camilo, Jhon Patituchi, Anthony Jackson, Vini Colayuta , Herby Hankok, Micheal Petruchiani y Mille Davis.
¿Al no tener visión sientes que otros sentidos están más desarrollados?
La verdad que no sé. Recuerdo que antes de que fuera mi cumpleaños fui al campo con mi papá y abrí la ventana del auto, saqué mi mano y sentí en el aire más frio y por el olor del aire pude sentir que había caballos cerca y pensé que estaba mi caballo del picadero que se llama Saura, y escuché a muchos pajaritos.
Veo que sientes mucho la música cuando interpretas piezas de jazz, cuencas, ¿qué sientes en esos momentos?
Siento mucha alegría, emoción y felicidad. Puedo sentir la alegría de la gente, la energía que me hacen sentir muy contento.
La música es el lenguaje del alma, ¿qué te gustaría que la humanidad sintiera cuando te escucha tocar el piano?
Me gustaría que la gente sintiera felicidad. Que se sienta alegre, que se emocione, pero sobre todo que sean felices.
¿Qué sientes al recibir tantos aplausos?
Al recibir tantos aplausos siento una felicidad, una emoción, me gusta mucho. Me siento contento al sentir tantos aplausos, siento ganas de no irme nunca del escenario porque piden otra.
Cuéntame alguna experiencia de tus viajes o presentaciones fuera de Bolivia
He tocado en Arica Chile. También estuve en Brasil pero no fui a tocar, fui para hacerme una evaluación médica.
Tus dedos vuelan en el piano. ¿Sabes que ya dicen que eres un prodigio musical?
No me considero un niño prodigio, pero mis dedos vuelan en el piano porque toco con el corazón.
¿Qué mensaje te gustaría enviarles a los niños del mundo?
Quiero enviarles un mensaje de alegría y felicidad. Que se esfuercen y trabajen para ser mejores cada día.
Por último, ¿Cuáles son tus planes para seguir con tu carrera artística?
Quisiera tocar en todos los departamentos de Bolivia y llevar mi música a todo el mundo.
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