El ser humano se ufana de la racionalidad que posee y ello debió llevar a Descartes a decir “pienso luego existo”. Tal vez sea más adecuado decir “siento, luego existo”. Los seres humanos sentimos amor, empatía, compasión, odio, celos, envidia, ira, tristeza, sentimientos de venganza, de soledad, de hostilidad, de inferioridad. Somos más a o menos egoístas, ególatras, etc. Con toda una variedad de sentimientos y emociones. Todas estas expresiones se dan y provienen del sistema límbico una estructura neurológica en el cerebro.
También se denomina cerebro emocional o visceral y es el fundamento neurológico de la denominada inteligencia emocional. La inteligencia emocional, adecuadamente usada, nos resuelve problemas o nos advierte de posibles peligros. Una de esas manifestaciones es la intuición: sabemos que algo es así, pero no sabemos el por qué. El por qué y el qué son atributos de la inteligencia racional. La madre usa la intuición cuando dice que algo no le conviene a su hija su hijo, pero no encuentra los elementos de la razón.
Suele hablarse de la intuición femenina, como atributo de la mujer. Pero también el hombre la posee porque él también posee inteligencia emocional solamente que el ambiente sociocultural se la ha coartado y le dice que eso está mal. El ambiente sociocultural permite que la mujer exprese sus sentimientos, sus emociones. Los niños con frecuencia usan la intuición. Ellos saben que las cosas son de determinada forma pero no tienen elementos de juicio para expresarlo.
Nuestro cerebro emocional (límbico) nos permite tener fe, tener un fundamento religioso, fuerza moral, es la parte femenina de la personalidad, funciones de madre, intuitivo-sintético, psicosíntesis, medieval. Ser afectivo, optimista, todo corazón, sublimador, creyente, creativo, artístico, homo ludens (juegos), imaginar y fantasear. Con tendencia a tener íconos, representador no-verbal, Holístico, global, percepción Gestalt (por la totalidad y no por las partes), cualitativo, macro procesador, constructor de mitos y de la magia, síntesis, fusionador, enlazador, inspirado, iluminado, solucionador, innovador, soñador, pensamiento ético-moral, adoctrinador, analógico, metafórico, animista. Con predominio de funcionamiento cerebral de ondas alfa, theta y delta.
De otro lado, la racionalidad es una manifestación del lóbulo frontal. El desarrollo de este lóbulo es propio del mamífero humano que lo llevó a autodominarse “homo sapiens sapien”. Mediante el lóbulo frontal empelamos la razón (ciencia, saber). Es el fundamento político, la fuerza de la ley, la parte masculina de la personalidad, las funciones del padre. Se es analítico- lógico, racional, se critica lo mágico, se es pesimista. Es buscador y crítico de la verdad, con raciocinio lógico y verbal, lenguaje gramatical, de causa y efecto, calculador, secuenciador, cuantitativo, microprocesador, de construcción teórica, tesis, antítesis, crítico, deductivo, inductivo, normativo, censurador, pensamiento abstracto, ideológico, busca ser objetivo subjetivo. Con predominio de funcionamiento de ondas beta cerebrales.
Ahora bien, todas nuestras ideas y pensamientos están teñidas de sentimientos.
¿Qué sentimiento o emoción se está manifestando o expresando en nuestra vida cuando tenemos pensamientos o ideas?. De acuerdo con esa concordancia calificaremos las ideas de adecuadas o inadecuadas, buenas o malas, positivas o negativas, racionales o irracionales. Puesto que las ideas son inseparables de los sentimientos tienen sus consecuencias cuando las actuamos. Entonces estamos empleando la inteligencia manipulativa o conductual.
Ilustremos con un ejemplo. Ella dice estar enamorada (sentimiento) de él y todos los pensamientos que le vienen a su mente los califica (razón) como cualidades (conductas) positivas. La madre de ella al hablar con él tiene otros pensamientos y sentimientos diferentes. Las 40 cualidades que ella le describe son para la madre 40 defectos. Pero ella toma su decisión (conducta o inteligencia manipulativa) por encima de lo dicho por la madre y acepta casarse con él. Tres años después con una hija de 26 meses ella le dice a la madre: tenías razón, eran 40 defectos. Ahora con sentimientos de odio y de venganza planea (racionalidad) el divorcio (conducta) y quitarle la patria potestad (conducta) a él sobre la hija. ¿Hace tres años pensó y se movió por un sentimiento amoroso? O sería otro sentimiento que ella interpretó como amoroso.
Luego de la ilustración podría pensarse: cuando tomo mis decisiones (pensamientos) ¿estoy empleando un sentimiento o emoción adecuados para llevar a cabo (conducta) lo que me dice mi razón? Tal vez esta sea una de las tantas explicaciones al por qué la gente comete una y otra vez los mismos errores o equivocaciones. Hay errores en la vida que no tienen mayor importancia; otros, si.
Volviendo al título de este artículo podría desprenderse que somos racionales, emocionales y conductuales. Pero, ¿cómo empleamos la razón, los sentimientos o la conducta? ¿Cómo usamos la inteligencia racional, la inteligencia emocional y la inteligencia conductual? Hay personas que tienen conductas con finales felices o adecuados y cuando se les pregunta: ¿cómo lo hizo?, responden (razón) no sé, pero funcionó. Esta persona no sabe cómo usa su inteligencia lógico matemática y no puede transmitir a otros su experiencia.
Habrá personas que se niegan a sentir la emociones y con ello hacen no placentera la vida de los otros y de sí mismos. Porque los seres humanos somos mamíferos amorosos y necesitamos de la vida afectivo emocional en nuestras relaciones interpersonales e incluso con nosotros mismos. ¿Cómo es la vida de una pareja de 30 años de matrimonio cuando él no tiene manifestaciones amorosas con ella sino ideas de censura y crítica cargadas de componente emocional de hostilidad o de odio? Qué decir del profesional de la medicina carente de empatía con sus pacientes. ¿Sería mejor consultarle a una máquina?
Hay personas que dicen: “prefiero ser racional, controlado y no me hable de los sentimientos”. Otros dicen “es que yo soy tan sentimental y no entiendo que me pasa”. Una y otra persona está enfrentando la racionalidad y la emocionalidad. No están usando a cabalidad sus inteligencias. Otra persona dirá: “no me pregunte cómo lo hago porque no sé, pero que funciona, funciona”. En este caso tiene éxito con la inteligencia conductual, lo hizo intuitivamente (inteligencia emocional), pero no puede enseñarle (inteligencia racional) a otros cómo lo hizo.
Conclusión: El ser humano es esencialmente emocional y sus pensamientos o conceptos dependen de cuál sentimiento está predominado y que lo lleva a asumir una conducta determinada. El éxito o el fracaso en las relaciones interpersonales, en especial la relación de pareja, está dado por el uso adecuado de la inteligencia emocional en armonía con la inteligencia racional.
Los seres humanos no deberían enfrentar la emocionalidad y la racionalidad Es necesario desarrollar nuestras tres inteligencias: emocional, racional y conductual. Y que las tres funcionen armónicamente sin que alguna bloque a las otras o se hagan competencia.