Cuatro décadas atrás, era muy común buscar en el mercado productos que tuvieran el sello de hecho en Estados Unidos, o en Japón, como garantía de calidad y durabilidad, los productos similares sellados con hecho en China o Taiwán se les consideraban no recomendables. Los avances tecnológicos en compañía con la pérdida de poder adquisitivo de los compradores, han transformado totalmente las estrategias de ventas. Los empresarios se dieron cuenta que a mejor tecnología mayor producción, y el reemplazo de materiales durables disminuyen los costos de producción.
El metal y la madera se remplazaron por plástico, la madera real por la madera compresa, el cuero por vinilo. El resultado fue, precios al público más atractivos, pero la calidad ya no es igual. El enfoque de la estrategia actual, es tener el mejor precio aunque el producto tenga una vida útil corta. La rotación de los inventarios paso a dominar el pensamiento empresarial, volumen y poca calidad. Los consumidores por otro lado se dieron cuenta que lo importante es comprar lo que se necesita, aunque ya no se evalúa donde se fabrico el producto, el consumidor ya sabe el país. El cliente compra hoy por precio.
Compañías tal exclusivas como BMW, Mercedes Benz, Sony y diseñadores de marcas de prestigio, han lanzado sus productos en segmentos más populares para recuperar las ventas de los mercados de elite. En los Estados Unidos, cadenas como Sears Mayces y JC Peany, cada día compiten mas, por los mismos sectores que atienden Wal-Mart, Target o Marshall, utilizando la estrategia de promociones y bajos precios en horarios especiales.
Si va a vender un producto o servicio de consumo masivo, puede utilizar todos los argumentos disponibles para convencer a su cliente, pero no olvide que el precio será el definitivo para cerrar su venta. El mercado de consumidores que compran por marca sin importar su precio, está disminuyendo.